Hoy, 21 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como la nueva epidemia del siglo XXI, ya que se estima que para el año 2050 el número de personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer ascienda a más de 130 millones en todo el mundo. Y de nuevo, una adecuada salud bucodental se posiciona como una medida de prevención para contribuir a la salud general de las personas, y en concreto ante el desarrollo de esta enfermedad.
Las investigaciones desarrolladas a lo largo de los últimos años apuntan a que el incremento de los niveles de anticuerpos frente a las bacterias periodontales propicia un aumento de la presencia de moléculas inflamatorias en otras partes del organismo, que se relaciona con unas mayores tasas de deterioro cognitivo en los casos de Alzheimer.
En esta línea, un grupo de científicos noruegos del Laboratorio de Investigación Broegelmanns del Departamento de Ciencia Clínica de la Universitetet i Bergen (UiB) determinaron que la gingivitis, consistente en la inflamación de las encías y considerada como la fase inicial de la periodontitis o enfermedad periodontal, puede desempeñar un papel decisivo en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Los hallazgos mediante pruebas basadas en el ADN indicaron que la bacteria Porphyromonas gingivalis, causante de la gingivitis, puede pasar de la boca al cerebro. Esta bacteria produce una proteína que destruye las células nerviosas, propiciando la pérdida de memoria y favoreciendo el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
La relevancia del hallazgo es muy significativa, ya que se estima que el 50% de la población es portadora de la misa, y que en torno al 10% desarrollará una forma grave de la enfermedad. Asimismo, existen evidencias que indican que la Porphyromonas gingivalis se relaciona con el reumatismo, el cáncer de esófago y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Si bien la bacteria no es la causante de la demencia por sí misma, su presencia supone un incremento del riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, y a su vez favorece la aceleración del desarrollo de la misma. Los investigadores señalaron que esta línea de investigación permite adoptar un nuevo enfoque en al tratamiento del Alzheimer, y que estaban trabajando en el desarrollo de un medicamento que bloquea las enzimas dañinas segregadas por la bacteria.
En base a estos hallazgos, desde Dental Residency recordamos una vez más la importancia de mantener unos adecuados hábitos de higiene y prevención que contribuyan a preservar nuestra salud bucodental, así como acudir de forma regular a revisiones con el dentista, muy especialmente entre aquellas personas que sufran gingivitis o que tienen antecedentes de Alzheimer en la familia.